Ayer empecé de nuevo con mis clases de tai chi. La verdad que lo necesitaba; por el ejercicio físico, sí, y por salir un poco más de casa. A hacer cosas con gente, más que nada. Esa es la desventaja de trabajar desde casa, sobre todo cuando una ya de por sí es introvertida. El curso de naturalistas es solamente tres días por mes y las clases de piano son individuales, así que... me termino encerrando bastante. Hmmm.

Y estoy contenta porque no sólo es la misma profesora que tenía antes, también es gente del mismo grupo. :) Se había disuelto hace como un año porque nos habíamos quedado sin local para las clases, pero ahora se ve que consiguieron un alquiler barato. Sigue siendo cerca de mi casa, que es lo importante. (¿Volver desde Capital de noche? No gracias.) Igual yo creo que la profe lo hace sólo por amor al arte, porque sigue cobrando el mismo precio ridículamente barato del año pasado y tiene todavía menos alumnos. Está bien que no es su ingreso principal, pero haciendo las cuentas, creo que le debe dar para cubrir los gastos y gracias.

En fin. Estoy contenta de haber empezado de nuevo. Nunca me gustaron los deportes (las pelotas y yo tenemos una relación odio-odio, y mis profesores de gimnasia me sacaron las ganas de... cualquier cosa) y tardé hasta los 24 años para encontrar una actividad que en serio disfruto así que no la quería perder.

Aunque ahora me quedó doliendo todo porque, bueno, un año sin practicar. |D ¡Pero me gusta! Y a pesar de que realmente exige un esfuerzo físico, es relajante y descontracturante y tiene mucho de concentración. No es una cosa individualista como el golf porque sí hay que trabajar en equipo y tomar en cuenta el conjunto, pero es una cuestión más bien de superación personal. No sé, me pone filosófica. Mi profe se pone filosófica también. :P

... y también me puse tl;dr, yay.